viernes, 18 de junio de 2010

Pintura: Gustave Doré.

Gustave Doré (1832-1883), nacido en Francia, fue uno de los más influyentes artistas de su tiempo. Y es que las reconstrucciones de mundos oníricos como los que él representaba constituían una fuente de inspiración para los pintores románticos.

El medio en el que Gustave Doré demostraba toda su maestría era el grabado. Tras tener gran éxito con la ilustración de obras de escritores franceses como Rabelais y Balzac, le fueron encargadas ilustraciones para escritores ingleses. Entre ellos puede mencionarse la ilustración del poema de Edgard Allan Poe, "El Cuervo", pero también ilustraciones para una nueva versión de la Biblia. A ello se sumaría la ilustración de obras de poetas de la talla de John Milton con su famoso "Paradise Lost", "The Idylls of the King" de Alfred Tennyson o "The Works" de Thomas Hood. Estos fueron algunos de los grandes poetas románticos de su tiempo, pero Doré iría más allá. Realizará una soberbia colección de ilustraciones para una nueva edición de "La Divina Comedia" de Dante, o incluso para "El Quijote" de Cervantes.

No obstante, Doré no sólo se limitó a ilustraciones de libros, que a lo largo de su vida alcanzarían casi el centenar. También realizó una colección de grabados que pretendían mostrar un retrato realista del Londres victoriano. Mientras que a algunos les disgustó que retrata la cara más pobre de la ciudad, otros alabaron su capacidad para recrear la realidad del momento.

Doré realizó igualmente algunas obras pictóricas y esculturas, aunque no llegaron a tener el éxito de sus ilustraciones. No obstante, me parece muy destacable su delicada "Andrómeda", a punto de ser engullida por llamas de agua mientras el monstruo la espera con la boca abierta junto a las rocas.




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